La elección de la decoración de tu salón puede ser un punto diferencial en tu día a día. Hoy te hablamos de la decoración de estilo minimalista y cómo transformar tu salón de manera que se convierta en un espacio armonioso, sencillo y equilibrado.
Claves para tu salón con decoración minimalista
El minimalismo es un estilo de diseño de interiores heredado de un movimiento artístico que apuesta por las formas geométricas limpias, las gamas cromáticas sencillas y la idea de “menos es más”. La decoración minimalista puede recordar al estilo nórdico, aunque la diferencia radica en que el minimalismo pretende reducir los elementos de nuestra estancia a los que son realmente necesarios.
Te explicamos las claves más importantes para que tu salón se transforme en un espacio de paz y tranquilidad al más puro estilo minimalista.
Escoge uno o dos colores
El factor fundamental para nuestro salón minimalista es la elección de colores. El minimalismo se basa en una gama cromática básica de colores lisos, mayormente colores blancos, y jugando con uno o dos tonos del color elegido.
Otros colores neutros también pueden ser una buena elección, como por ejemplo los colores pastel o los colores tierra, que aportarán calidez a nuestro espacio. Además, estos colores, ayudarán también a contribuir a la luminosidad, de la que hablamos más adelante.
Selecciona los elementos esenciales
Para que el espacio aporte esa sencillez y sensación de orden, es importante reducir la cantidad de elementos solamente a aquellos que consideres esenciales. El minimalismo juega con transmitir una sensación de placidez con el entorno. Por eso, no hay que abusar de elementos de decoración ni de muebles que no sean necesarios.
Cuando elijas la decoración para las paredes de tu salón, que sean cuadros modernos y abstractos, es decir, con pocos colores y líneas geométricas sencillas, en resumen, discretos. Una buena apuesta son los espejos, que transmiten sensación de más profundidad.
Reduce el ruido visual
En relación con el punto anterior, aparte de reducir a los elementos esenciales, es importante que no haya objetos a la vista que no estén cumpliendo una funcionalidad. ¿Cómo? Utilizando el almacenaje cerrado. De esta manera, conseguimos el efecto de organización que necesita nuestro salón minimalista, sin elementos de por medio que enturbien el espacio.
La elección de los muebles para nuestro salón también tiene que ser cuidada y medida. Los materiales de los muebles que ayudan a mantener esa armonía visual tienen que ser de materiales naturales, como madera, piedra o vidrio. Los muebles minimalistas tienen superficies lisas, líneas geométricas claras y poca ornamentación. Además, pueden ser muebles bajos, que contribuyen a reducir el ruido visual.
Presta atención a la iluminación
La iluminación juega un papel importante en el entorno que queremos decorar. Para que nuestro salón mantenga ese equilibrio de colores y mantenga la armonía deseada, apostaremos por disponer los elementos de manera que aprovechemos al máximo la luz natural, siempre por encima de la luz artificial.
Con respecto a la elección de las lámparas, buscaremos diseños que aporten sencillez y mantengan la geometría de los demás componentes, así como los tonos de color. Otra idea es la colocación de tiras led, que mantendrán la calidez y harán que el ambiente sea más acogedor, o iluminación con reguladores de intensidad, que permitirá jugar con la luz dependiendo del ambiente que queramos crear en cada momento.
Las plantas siempre son un buen complemento
Aportar un toque de naturaleza es un recurso para dar un toque de color a nuestro salón y contribuye a que se convierta en un espacio más relajante. Las plantas elegantes, con formas sencillas y que den continuidad al resto de elementos, son la mejor opción, además de cuidar el diseño de la maceta, siempre de colores y formas lisas y neutras.
Algún ejemplo de plantas que se ajustan a nuestra decoración minimalista son los potus, los cactus pequeños o las monsteras, aunque hay muchas opciones más.
Conclusión
La decoración minimalista nunca pasa de moda y ayuda a valorar qué elementos son indispensables en nuestro salón y a hacer un uso más eficiente del espacio. Con muy poco, conseguimos un diseño moderno y delicado sin descuidar la elegancia y la comodidad. También podemos aplicar este estilo a otras estancias de nuestra casa, como por ejemplo, en los dormitorios.